miércoles, 16 de mayo de 2012

¿Cuáles son tus metas?

¿Tú como te imaginabas de pequeño?
 Miras al pasado, y te ves, rodeado de amigos, hablando sobre qué te gustaría ser cuando fueras mayor. Algunos querían ser médicos, otros veterinarios, los que más futbolistas o cantantes pero siempre con una meta, una expectativa o un deseo que cumplir.
 Yo, hace años, pensaba en mi futuro y me veía a mi misma una mujer triunfadora, valiente, aventurera y, sobre todo, con una vida interesante. Intensidad, experiencias y pasión. Así era mi vida soñada.
 Luego, creces y cambias, conoces personas que marcan tu vida, ya sea para bien o para mal. Tus expectativas cambian, son más realistas, pero siguen ahí, marcándote el camino.
 Y creces.
 Y creces.
 Y, un día, te miras al espejo y ves en él algo que no quieres ver. Algo que no es lo que tú esperabas. Un cúmulo de sueños rotos y de intentos fallidos. Una pequeña luz que se apaga por falta de intensidad, una sonrisa que se transforma en llanto por falta de pasión y una mente que se abandona por falta de experiencias.
 Y ahí estás tú, preguntándote si ya será demasiado tarde para ser quien debías, o querías, haber sido.

 Carmen Santa Pola 4-4-2012

1 comentario:

  1. Nunca es demasiado tarde. Séneca aprendió una canción mientras estaba en prinsión, la noche antes de que le obligaran a beber veneno. Hay un libro que se ha puesto muy de moda últimamente. Se llama "El Elemento" es de Ken Robinson, un tipo que se dedica durante más de cien páginas a explicarte la cantidad de gente importante/conocida/famosa que descubre su pasión tarde y se lanza a por ella. O que cambia de ideal de vida y se lanza a por uno nuevo. Con 30, 40, 50, 60 años...
    Yo no soy ejemplo de nada. Pero empecé INEF con 27 años, cuando ya había intentando en la carrera y el módulo de informática. Y también hay aprendido lo que era trabajar en una empresa grande.
    Nos engañan, nos obligan a tener unas metes. A querer ser algo de mayor. Así es más difícil. Lo divertido sería que, cuando creces, mires al niño que eras y le muestres quién eres ahora. Y que él vea cómo va a cambiar, como va a aprender cosas, cuántas cosas y qué cosas más interesantes.

    Nunca es demasiado tarde cuando se sabe qué se quiere. Al final, la meta es una mentira. Lo importante es el camino

    ResponderEliminar